domingo, 31 de enero de 2010

T.O.T.B.! - ¿Cuánto vale una estrella?

Desde donde me encuentro, en mi casa de Santo Domingo, vivo con expectación estos días en los que logré escaparme del frío de Barcelona, y visito a mi familia –que hacía mucho tiempo que no la veía- con una diferencia abrumadora de 22 grados Celsius.

También vivo con alegría un acontecimiento sin precedentes en la historia del Deporte Dominicano: la selección de Al Horford al juego de estrellas de Dallas, el próximo 14 de febrero.

Esta noticia, que me tomó por sorpresa en ruta hacia Santo Domingo la mañana del viernes, es grande en muchos sentidos y formas. Sobre todo en lo que respecta (o debería significar para) al avance del baloncesto en República Dominicana.
Al Horford "donquea" sobre Zydrunas Ilgauskas (Lituania) y Anderson Varejao (Brasil).


Soy de opinión que esta elección al Juego de las Estrellas, es el 4 hito por categoría de importancia en la historia de la disciplina en nuestros dos tercios de isla; superado por poder ganar unos Juegos Olímpicos, poder ganar un Mundial y que Al pueda ganar un anillo de Campeón de la NBA. En ese orden preciso.

No obstante, internamente en las filas de la Federación no es hora de echar las campanas al vuelo por un mérito de Al, y del sistema que lo moldeó como el jugador que es: el norteamericano. Y es que sin descontar la alegría y el regocijo de ver a un hijo de esta tierra recibir este reconocimiento, debemos detenernos a pensar que lo único que este logro de Al factura al baloncesto dominicano es el boom de jóvenes que se lancen a las canchas a intentar ser como él.
Es ahí donde me planteo las siguientes preguntas: ¿Cuánto vale una estrella de la NBA? ¿Cuánto vale para su equipo y para la liga? ¿Cuánto vale para sus patrocinadores, y sus potenciales patrocinadores? ¿Cuánto vale para su Selección Nacional? ¿Y para el deporte nacional en general?

Así como la respuesta –desde el punto de vista del negocio- es: una estrella de la NBA vale cuanto el quiera valer; para una Federación Nacional, que vela por el desarrollo y el fortalecimiento de la disciplina en su país, la respuesta sería: para la FEDOMBAL, Al Horford vale lo que la FEDOMBAL esté preparado para hacer con una estrella de la NBA.

Este planteamiento me asusta un poco, ya que en septiembre nos dimos cuenta que la Federación Dominicana de Baloncesto puede hacer poco con un equipo dotado de buenos jugadores, dos excelentes jugadores de la NBA, y una estrella de la NBA.

En la gestión del deporte, las oportunidades –y los momentos precisos- son como agua que se ve pasar debajo de un puente.

Si preguntamos hoy, 31 de enero de 2010 (a casi 150 días de la finalización del Torneo FIBA Américas Pre- Mundial), no se sabe de las razones específicas de la no clasificación al Mundial –cuando todo parecía presagiar ese resultado-, tampoco se saben los detalles de gasto de la inmensa dotación económica de la que dispuso la FEDOMBAL para la participación en el Pre Mundial de Puerto Rico –de hecho no se sabe a ciencia cierta la situación de la deuda con FIBA Américas por el montaje del Pre- Mundial de 2005 en Santo Domingo-, no se sabe cuál es el plan de trabajo para este año 2010 (en el cual hay dos torneos importantes de cara al ciclo de Londres 2010: Centrobasket y Juegos Centroamericanos y del Caribe). Esto solo por hablar del masculino Sénior, ya que el femenino y las categorías inferiores de ambos sexos están en un letargo operacional que parece ser de agrado de todos.

En fin, como no se sabe nada, es mejor decir lo que sé: Felicidades Al por tu logro. Mi recomendación sería que este verano descanses y pienses en tu próxima temporada. De todas formas, no creo que una Federación inoperante te eche de menos, y además creo que tu y los otros 11 compañeros de selección se merecen un plan de trabajo y preparación adecuado al nivel que sobradamente demuestran.


Rayde Luis Báez

Licenciado en Economía, Master en Banca y Finanzas, en Gestión Deportiva, y en Marketing y Comunicación Deportiva